¿Qué diferencia hay entre la psicología y el coaching?

¿Qué diferencia hay entre la psicología y el coaching?

Cuando decidí matricularme en el máster de experto en coaching personal y ejecutivo fui la primera en asombrarme respecto al absoluto desconocimiento que yo misma tenía sobre lo que es esta profesión. Después de formarme, he tomado igualmente conciencia sobre la creencia errónea generalizada que existe en torno al trabajo que realizamos los coaches. Esto no resulta extraño teniendo en cuanta que se trata de una profesión relativamente nueva, si bien cada vez más extendida y útil tanto a nivel personal como profesional.

Por regla general, la gente suele pensar que un coach es una persona que hace un trabajo similar al del psicólogo, de forma directiva, o que se dedica a dar charlas y discursos motivacionales para que, cuando salgas de la sesión, salgas “chutado”. Pero nada más lejos de la realidad.

Por eso, este post lo vamos a dedicar a hablar sobre lo que es el coaching y la psicología, así como sobre las similitudes y diferencias que existen entre ambas profesiones.

 ¿QUÉ ES EL COACHING? ¿QUÉ HACE UN COACH?

Si buscamos en internet la palabra coach, vemos que su figura se describe sobre la base de un entrenador, instructor o profesor. El coaching, por su lado, se define como una instrucción, ayuda o entrenamiento para potenciar las habilidades del cliente.

Como vais a poder ver, aquí podemos encontrar una de las principales diferencias con respecto a la psicología, ya que en coaching hablamos de clientes y no de pacientes.

El coaching es un proceso de acompañamiento, donde el protagonista absoluto es el cliente, por eso, el proceso no debe ser directivo, limitándose el coach a acompañar al coachee en su proceso de reflexión y descubrimiento.

El otro día me pasó en una primera sesión con una coachee que según se sentó me dijo Ya he dejado el psicólogo porque me encuentro mucho mejor. Lo único que no he conseguido ha sido ser más disciplinada en el trabajo, así que vengo a ver que cosas diferentes me dices tú que haga para encauzar mi vida en ese sentido”.  Ante una afirmación como esta, lo primero que tiene que hacer el coach es informar al cliente sobre en qué consiste el proceso y, consecuentemente, sobre lo que puede esperar de las sesiones. Por eso, informé a la clienta sobre que yo jamás iba a decirle lo que tenía que hacer, y que la responsable de la sesión y de las acciones que llevase a cabo para alcanzar sus objetivos era ella.

En cuanto a la formación, la Asociación Española de Coaching, ha establecido una serie de requisitos mínimos para conseguir la titulación, entre ellos, el de tener una formación acreditada. Existen formaciones que van desde las 50 a las 200 horas. En mi opinión, yo que estuve un año formándome y haciendo prácticas, y he tenido la oportunidad de trabajar con coachees que venían de otros procesos de coaching con un mal sabor de boca, he de decir que he podido comprobar que, al tratarse de una formación poco reglada, es muy fácil conseguir el título y ponerse a “jugar a ser coach”, sin ningún tipo de experiencia ni valor. Considero que es fundamental ponerse únicamente en manos de personas que hayan tenido una verdadera formación, ya que una persona que ha conseguido el título con 20 horas de formación difícilmente va a contar con las herramientas necesarias para ayudarte a alcanzar tus objetivos. De igual modo, es bastante probable que no respete el código deontológico ni las competencias más básicas del coaching.

Os pongo el ejemplo de una coachee que me dijo “es que mi antiguo coach me dijo que no podía hacer eso”, cuando como os adelantaba, el coaching no debe ser directivo.

Por lo tanto, la finalidad de esta profesión es ayudar a las personas a alcanzar determinados objetivos, desarrollarse en determinadas áreas, afrontar determinadas situaciones, conocer tus debilidades y fortalezas y desechar creencias limitantes. 

Dichos objetivos, dependerán del tipo de coaching, que podrá ser empresarial, personal, familiar, deportivo, salud etc.

La psicología por su parte, es una ciencia que estudia las emociones, los procesos y enfermedades mentales, las emociones y el entorno de las personas. Por lo tanto, el psicólogo, a diferencia del coach, te ayudará a superar dificultades que interfieran y dificulten tu día a día.

A diferencia del coach, el psicólogo tiene formación universitaria y para poder pasar consulta, es necesario que cuente además con un máster de psicología clínica.

 

            EN CONCLUSIÓN…

  • Formación: Los piscólogos tienen una formación más amplia que los coaches.
  • Objetivo: La psicología se centra en las personas y en los problemas de estas que interfieren en su día a día. Sin embargo, el coaching se orienta en la consecución de objetivos.
  • Patologías: La psicología trata trastornos mentales y todo tipo de problemas psicológicos mientras que el coaching no. El coaching no puede ser por lo tanto considerado como una terapia.
  • Momento: El coaching solo se centra en el futuro, mientras que la psicología va al pasado para estudiar el posible origen de los problemas que presentan las personas.

 

La diferencia es, desde mi punto de vista, bastante clara. Si lo que una persona necesita es superar una dificultad que interfiere en su cotidianeidad o tiene un trastorno psicológico, deberá acudir a un Psicólogo General Sanitario o un Psicólogo Clínico.

Sin embargo, en el caso de que quiera desarrollar ciertas habilidades y alcanzar objetivos sin tener ningún tipo problema de base, deberá optar por un coach.

 

Izaskun Uriarte.

Regresar al blog

Deja un comentario

Ten en cuenta que los comentarios deben aprobarse antes de que se publiquen.